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Profesor Emérito Leslie Tomasello Hart obtiene premio de Excelencia en el Ejercicio de la Abogacía año 2018

El profesional fue distinguido por el Colegio de Abogados de Valparaíso.

El Profesor Emérito de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, Leslie Tomasello Hart, fue distinguido por el Colegio de Abogados de Valparaíso con el premio de Excelencia en el Ejercicio de la Abogacía año 2018, en la cena de gala de la “Semana del Abogado” organizada por la asociación gremial.

Leslie Tomasello Hart inició su discurso agradeciendo al Honorable Consejo del Colegio de Abogados de Valparaíso por la distinción “que es motivo de profunda emoción para quien habla, mis colegas de oficina y familia, particularmente mi cónyuge e hijo primogénito, ambos del mismo oficio, y mi hermana, todos presentes. Para mí es una distinción que siento tan honorífica como aquella con que me favoreciera la Universidad de Valparaíso al atribuirme la calidad de Profesor Emérito de Derecho Civil y Derecho Marítimo”.

Continuó explicando que en su discurso compartiría pensamientos y reflexiones respecto a un ejercicio “tridimensional” que ha desarrollado, como académico, abogado practicante y administrando justicia como juez subrogante, abogado integrante de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Valparaíso y árbitro, especialmente en el Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago. “Si me permitieran colocar un título a lo que deseo expresar, diría ‘LA PALABRA’, ‘PALABRA’ o ‘PALABRAS’”, indicó.

“Para nosotros, este oficio es algo que en cierta medida conforma nuestra manera de ser y de enfrentar los problemas, como asimismo al relacionarnos con los demás; ordena nuestra mente; nos obliga a argumentar; otro tanto a escuchar; y, en definitiva, a ser tolerantes, pero, en último término, a ejecutar aquello que postulamos, por cierto de buena fe, que si estamos equivocados nos exculpará, porque como dice el profesor Jorge López Santa María en su obra ‘Los Contratos’, buena fe es rectitud, corrección, lealtad, designa una persuasión subjetiva interna (de carácter ético) de estar actuando o haber actuado correctamente, si la ponderamos en su matiz subjetivo, pues hay también otra buena fe, la objetiva, que entraña la comparación de nuestro actuar con lo que es esperable de nosotros en base a modelo del hombre razonable”, explicó.

Respecto al concepto de “palabra, aseguró que “debemos saber usarla, con fuerza pero con respeto para el magistrado, la contraparte y el cliente. Pensando ya en lo que habría que calificar simplemente como fuerza, pero que refleja el poder de la PALABRA, fue Winston Churchill el que como pocos supo hacer uso de ella para contribuir a la resistencia de un pueblo que podría resultar sojuzgado”.

“Nuestro propósito último debe ser la lucha por el Estado de Derecho con todo lo que él significa, particularmente que si sus soluciones no nos complacen, debemos luchar por su modificación conforme a los cauces del Derecho, pero siendo prudentes en su ejercicio, porque nuestra conducta, normalmente expresada a través de grupos o partidos políticos, puede terminar dañándolo”, agregó sobre lo que debe perseguir un abogado.

“Siempre pensando en el Derecho, existen múltiples instituciones y soluciones jurídicas que permiten al docente hacer ver a sus alumnos que el derecho positivo no es solo un conjunto de frías normas, sino que muchas veces responden a un profundo contenido ético. Reconociendo que en alguna medida somos descuidados, en una relación contractual sinalagmática onerosa, el Derecho nos obliga a observar aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean “ordinariamente” en sus negocios “propios” y coloca como referente al “buen padre de familia”; no cualquier incumplimiento puede tornar ineficaz una relación contractual a través de la resolución ni es legitimante de una excepcio non adimpleti contractus (excepción de contrato no cumplido), porque ese incumplimiento ha de tener una mínima envergadura. Por cierto, el derecho positivo ha de revisarse con oportunidad, porque si el legislador no cumple su cometido, existe el riesgo de que el juez termine convirtiéndose en legislador, que es una crítica que hemos escuchado en los últimos tiempos y días”, continuó.

Con miras al futuro, Leslie Tomasello Hart agregó que “afortunadamente parecen soplar aires de renovación legislativa, entre otras materias, nada menos que en lo que el procedimiento civil y el derecho penal concierne. Hay otras, a lo mejor no tan acuciantes, en que el legislador parece estar en deuda. Baste mencionar la cuestión relativa al régimen económico del matrimonio, en que subsiste como o legal una confusa sociedad conyugal, con un marido que el profesor René Moreno Monroy, quien nos dejara recientemente, calificó como un ‘reyezuelo destronado’, al tiempo que se declara que la mujer casada en tal régimen es plenamente capaz, lo que simplemente ‘no es verdad’, para lo cual basta mencionar la administración de su haber propio por parte del marido”.

Al finalizar su discurso, el profesional agregó: “concluyamos celebrando la felicidad, no el orgullo porque es pecado, de haber tenido la fortuna de acceder a este noble oficio de abogado evocando, por más manido que resulte, el número 8 de los mandamientos del Decálogo de Couture: “Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal el Derecho; en la paz, como sustituto bondadoso de la justicia; y sobre todo, ten fe en la libertad, din la cual no hay Derecho, ni justicia, ni paz”.

Leslie Tomasello Hart es abogado de la Universidad de Chile. Ha sido profesor de Derecho Civil y Derecho Marítimo en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso y ha publicado extensamente en sus áreas de docencia y ejercicio profesional.

El discurso completo de Leslie Tomasello Hart se puede descargar acá.

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