Una decidida crítica al concepto de poder constituyente y de soberanía popular -a los que calificó de caducos y arcaicos-, y del fenómeno que denominó “abuso del constitucionalismo” que se experimentan en algunos países de Latinoamérica como Ecuador y Venezuela, formuló el destacado profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Macquarie, Sydney, Australia, Dr. Carlos Bernal Pulido, en una conferencia que dictó en la Sala de Consejo Italo Paolinelli, de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso.
El abogado Carlos Bernal es Doctor en Derecho por la Universidad de Salamanca (España); Doctor en Filosofía por la Universidad de la Florida y especialista en Derechos Humanos del Instituto Internacional de los Derechos Humanos René Cassin, Strasbourg (France). Autor de numerosas publicaciones; ha dictado decenas de conferencias en diversos países del mundo y es consultor internacional en asuntos de derecho público.
La actividad estuvo encabezada por la directora del programa de Doctorado en Derecho de la Escuela de Derecho de la UV, Dra. Pamela Prado y asistieron alumnos del Postgrado de esta casa de estudios, académicos de varias universidades de la zona y estudiantes.
La exposición del profesor Carlos Bernal se denominó “la naturaleza del poder para crear una Constitución” y consistió en explicar su tesis, que está detallada en un artículo académico publicado en una revista científica indexada. Básicamente, el experto sostiene que el concepto de poder constituyente está deslegitimado, pues a su juicio, es el responsable de que los gobiernos de turno de países hiperpresidencialistas manipulen las normas y las reformen ilimitadamente para que ciertos gobernantes se perpetúen en el poder. Manifestó que ejemplo claro de esto, es lo que sucede en Ecuador y Venezuela y en menor grado en Bolivia.
Señaló que “el poder constituyente no está sujeto a límites formales ni materiales. Es libre para crear una constitución o para sustituir la constitución existente, y para dotarla del contenido que a bien tenga mediante cualquier procedimiento” y agregó que “la caracterización del poder para sustituir la Constitución como una especie del poder constituyente es conceptualmente incoherente y normativamente incorrecta”.
El profesor Bernal explicó que no es lo mismo reformar la Constitución que sustituirla por otra totalmente distinta a la existente y que es necesario precisar de qué se habla en cada caso, pues hay países en que simplemente no está permitida la sustitución, sino que solamente caben reformas. Esto también da pie, según explicó, para el “abuso constitucionalista, en que se hacen reformas ilimitadas para que los gobernantes se perpetúen en el poder”.
Acotó que los Tribunales Constitucionales, de cierta manera, pueden frenar estos abusos y se mostró partidario de sus funciones.
Respecto a Chile, el profesor Carlos Bernal manifestó que el tema constitucional “es especialmente relevante en estos momentos, pero creo que no está muy claro el procedimiento y los pasos a seguir y tampoco las garantías de participación que este proceso va a conllevar”.
Reiteró que la teoría del poder constituyente, “a mi juicio es errónea y aunque sea controversial lo sigo sosteniendo”. Según precisó, el poder constituyente adolece de exigencias conceptuales mínimas y también de un sistema político sólido y coherente que lo respalde, que en su opinión, no son las democracias meramente representativas o participativas.
Carlos Bernal es partidario de la democracia deliberativa, que según explicó, apunta a la participación de todas las fuerzas vivas de la sociedad, sin excepción, incluido el Tribunal Constitucional, en igualdad de condiciones. “Por eso la toma de decisiones en una democracia deliberativa tiene un alto grado de legitimidad y de transparencia, pues previamente se han concertado los acuerdos por parte de todos los involucrados, que han tenido la plena libertad y claridad para manifestarse en etapas anteriores del proceso”.
Acotó que “las revoluciones no las hacen las turbas, sino que los procesos más sofisticados. Por eso hay que cambiar este modelo de poder constituyente y estoy abocado a diseñar un modelo alternativo más complejo, un ideal regulativo que hasta ahora no existe en ningún país”.
Finalmente, puntualizó en que el poder abusivo constitucionalista, “puede provenir de sectores políticos tanto de derecha o de izquierda. Lo que me preocupa es el abuso del hiperpresidencialismo, de gobiernos como los de Chávez, Maduro y Correa, donde el Presidente cambia la Constitución para perpetuarse en el poder y no como un actor más del proceso, sino que como el único actor, que manipula al pueblo”.
