Con la presencia de familiares, académicos, ex alumnos, estudiantes, abogados y funcionarios, se realizó el primer acto de homenaje oficial al profesor y ex director de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, don René Moreno Monroy (Q.E.P.D.), la que incluyó la denominación de la Sala de Profesores de ese plantel con el nombre del destacado docente.
La ceremonia se realizó en el Aula Luis Vicuña Suárez de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UV y estuvo encabezada por el decano Alberto Balbontín; el director de la Escuela de Derecho, Claudio Oliva: la presidenta del departamento de Derecho Civil, Susana Bontá y el presidente del Colegio de Abogados de Valparaíso, Alejandro Gómez. Asimismo, asistieron sus familiares directos, su hermano Miguel Moreno Monroy y su única sobrina, Ximena Moreno, entre otros.
El saludo inicial lo dirigió el director Claudio Oliva, quien manifestó que “este no es el único acto de homenaje a don René. Es el primero, de carácter más íntimo y humano. El próximo año haremos uno de carácter más académico, en conjunto con el Departamento de derecho civil”.
Agregó que “celebramos además un hito muy relevante: el Consejo Asesor de la Escuela, que integran los presidentes de los diez departamentos, la secretaria académica y el director, acordó por unanimidad dar el nombre del profesor René Moreno a nuestra Sala de Profesores”.
Explicó que “es sólo el cuarto espacio de nuestro edificio que lleva un nombre, pues corresponde a un homenaje a nuestros más ilustres. Tenemos el Aula Magna Victorio Pescio; el Aula Luis Vicuña Suárez; la Sala de Consejo Italo Paolinelli y ahora la Sala de Profesores René Moreno”.
El director explicó que la Sala de Profesores “es el lugar donde asociamos a Don René; lo recordamos encontrándose ahí con sus colegas, con alegría, optimismo, elocuencia e inteligencia, que fueron algunas de sus tantas virtudes”.
Según el director Claudio Oliva, la alegría y optimismo del profesor Moreno, “nace de quien ama lo que hace; él amaba la profesión de abogado y especialmente la docencia universitaria y muy particularmente a esta Escuela, de la que fue estudiante, profesor, director en dos ocasiones y hasta su fallecimiento, presidente de la fundación Escuela de Derecho. Transitó por todos los lugares que quiso y en todos entregó sus afectos”.
ALVARO QUINTANIILA
Luego correspondió el recuerdo del también ex director de la Escuela de Derecho y profesor, don Álvaro Quintanilla, quien compartió muchas vivencias con don René Moreno, al igual que la disciplina del Derecho Civil.
Coincidió en que la Escuela de Derecho “fue, en realidad, la casa, el hogar de René Moreno Monroy. Él reconocía –entre sus múltiples actividades- que el trabajo universitario era el que más le satisfacía porque era el más libre y el más creativo. Bien sabía René que aquí está el reino de la interrogación, de la admiración, de la inquietud acuciante. Aquí aprendió a desconfiar de las certezas rotundas y de los que no tienen dudas; aprendió la tolerancia y el valor del estímulo al ejercicio del pensamiento hasta el límite de sus posibilidades de fundamentación, de coherencia y de universalidad”.
“Y aprendió también a prodigar y repartir generosamente su inseparable sonrisa y su inmensa sabiduría, porque bien sabía que la alegría de vivir y el conocimiento -como el amor y como el pan- se comparten y ello permite que, año tras año, se renueve en esta casa el misterioso voto de continuidad”, comentó.
“René Moreno durante más de medio siglo renovó su voto y compromiso con su Escuela y lo hizo con maestría, pero con su habitual sencillez, sintiendo su aporte –como ha escrito el ex–Rector profesor Agustín Squella, “con la alegría del sembrador que lanza su semilla al surco con la secreta esperanza de verla germinar un día”, continuó don Álvaro Quintanilla.
Agregó que “en mi memoria hay tantos recuerdos de momentos gratísimos vividos con el profesor Moreno: instantes inefables en la Sala de Profesores; en seminarios y jornadas; en largas comisiones de exámenes extendidas a veces por dos o tres días; en duras reuniones del Consejo de Defensa del Estado o del Comité Civil de ese Consejo; en entretenidos viajes que hacia o desde Santiago hacíamos junto al profesor Pedro Pierry, también miembro del Consejo”.
“Cómo olvidar la importancia que el profesor Moreno daba al vínculo entre literatura y derecho. Recuerdo, por ejemplo, cuando nos contaba que nadie explicó mejor las diferencias entre dos importantes contratos agrarios que el poeta Oscar Castro en simples y bellos versos: “Mediero de tus penas fui en las tardes; de tus campos de estrellas fui aparcero”. El texto de la ley, decía, debiera ser “claro como una lámpara y simple como un anillo”, recordó el ex director Quintanilla.
Precisó que al profesor Moreno, “le gustaba comentar el Código Civil. Sus bellas definiciones sobre persona, sobre playa del mar, sobre las categorías de animales en el artículo 608. Celebraba como el más magnánimo al artículo 604 que permite a los náufragos el libre acceso a la playa aunque no se trate de puertos o lugares autorizados. René decía que, de no mediar esta norma, los náufragos –para la realización del derecho- estarían obligados al sacrificio…”, puntualizó.
PRESIDENTA DE DEPTO. DERECHO CIVIL
En tanto, la presidenta del departamento de Derecho Civil, profesora Susana Bontá, quien también fue alumna del profesor René Moreno, recordó de él “51 años de docencia ininterrumpida, formando a muchas generaciones de abogados desde la cátedra de Derecho Civil. Su última clase la entregó el 13 de abril de 2017”.
Añadió que “nunca lo vi en clases apoyarse en un papel para explicarnos alguna material, ni siquiera utilizando el Código Civil para familiarizarnos con la geografía de éste, que tanto a él le interesaba. Todo estaba en esa mente privilegiada”.
Hizo referencia a una nota muy significativa que encontró en su carpeta de profesor, que decía textualmente, escrita por su puño y letra: “vine de la verde claridad del centro del país al azul profundo de Valparaíso. A mi sangre debo los valores de la gratitud y lealtad. A la Escuela de Derecho, los de la tolerancia, la prudencia y el entusiasmo por los nobles propósitos de la justicia. Sobre estos dos pilares he construido mi vida”.
Además, la profesora Bontá resaltó el don de la palabra de don René Moreno. “Resultaba cautivante escucharlo. Su léxico era perfecto; una memoria privilegiada. Las ideas las exponía con tanta claridad, que resultaba difícil no entender sus lecciones y había sabiduría en sus palabras. Definitivamente un maestro”.
Agregó que “no quiero terminar estas palabras, sin expresar que la partida del maestro Moreno Monroy no sólo representa una importante pérdida para esa Escuela, sino que también el término de una época muy gloriosa para el departamento de Derecho Civil”.
EX ALUMNO Y ÚLTIMO DISCÍPULO
Por último, intervino su último discípulo, siendo ayudante de don René Moreno por una década, el profesor Camilo Arancibia. Aseveró que “su gran legado es su forma de enseñar el derecho. Que es, quizás, una de las cosas más relevantes para poder entenderlo, criticarlo o aplicarlo”.
El profesor Arancibia opinó que “se trata de una cuestión capital en los tiempos modernos que don René detectó muy pronto en su carrera académica y que, de alguna forma, lo posicionó por sobre sus propios Maestros. Pero ¿en qué consistía esta particular forma de enseñanza? Esa es la pegunta que una vez respondida nos hará apreciar el legado de don René en toda su magnitud. Me parece que podemos dividir dicha cuestión en tres aspectos: el derecho en el aula, el arte en el aula y finalmente, la realidad fuera del aula”.
Sobre el Derecho en el aula, explicó que “el derecho civil, qué duda cabe, asignatura troncal de nuestra carrera, tomaba otro aire con don René. Era posible entender derecho civil, pero, más allá, disfrutarlo”, añadiendo que él buscaba “dotar a la enseñanza de este ramo de una claridad y precisión pocas veces vista”.
“Le interesaba sobremanera el detalle, no la idea de trazo grueso, si no el fundamento último de las cosas”, recordó Camilo Arancibia.
Continuó con su análisis pedagógico con Arte en el aula, señalando que “en la sala de clases don René hacía gala de sus dotes de actor, su carácter performativo. Impostaba la voz, controlaba los silencios, arremetía al final de las frases, en fin, hacía del aula un anfiteatro donde escuchábamos con atención lo que él tenía que contarnos. Como los jóvenes que escuchan la voz de la experiencia reunidos alrededor de una fogata. Porque eso también era don René, un contador de historias, un narrador jurídico, que combinaba hábilmente poesía y derecho, arte y enseñanza, que hacía de la enseñanza un arte. Y todo ello sin doctorado ni magíster alguno”.
Dijo que para el profesor René Moreno, “el arte era una forma de re humanizar el derecho, de dotarlo de un marco de humanismo que no puede perder”.
Sobre la realidad fuera del aula, el profesor Arancibia explicó que “la complejidad del derecho, de las personas, el arte de enseñar, el humanismo de nuestra disciplina, sólo lograba cuajar en sus clases porque éstas trascendían fuera del aula. Don René era de esos profesores que con su solemnidad asustaba. Con sus conocimientos abrumaba. Pero él, quizás consciente de aquello, realizaba una práctica que, pese a que se desarrollaba luego del horario de clases, es una de las cosas más significativas de su quehacer educativo.”
“Don René favorecía esa conversación, ese intercambio de ideas y lo hacía parte de la cátedra como experiencia educativa integral. Si pensamos bien, estos tres ámbitos, derecho en el aula, arte en el aula y la realidad fuera del aula, dan contenido a la obra de don René como una obra estructurada, analítica, solemne, como era él, pero no por ello exenta de dosis de arte y humanidad, como también se revelaba el Maestro”.
VIDEO Y DESCUBRIMIENTO DE PLACA RECORDATORIA
La ceremonia realizada en el Aula Luis Vicuña Suárez culminó con la exhibición del video que muestra el momento en que el profesor René Moreno fue declarado Ciudadano Ilustre de Parral y el acto realizado en esa comuna con ese motivo, realizada en marzo de 2017 y donde el recordado profesor de la Escuela de Derecho UV pronunció su último discurso público.
Luego, los asistentes se dirigieron a la sala de profesores, donde el decano Alberto Balbontín y el director Claudio Oliva, descubrieron la placa que lleva el nombre “Sala de Consejo René Moreno Monroy”.