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Escuela de Derecho realiza cena de despedida de destacados profesores

Académicos Fernando Hood Gibbs, Aldo Topasio Ferretti y Julio Reyes Madariaga tuvieron una dilatada y fructífera trayectoria docente.

En una íntima cena a la que asistieron autoridades y cuerpo docente, la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso despidió a tres destacados profesores, quienes se retiran del ejercicio académico.  Fernando Hood Gibbs, Aldo Topasio Ferretti y Julio Reyes Madariaga recibieron un galvano de reconocimiento por su dilatada y fructífera trayectoria docente, además de palabras de agradecimiento por parte de los asistentes.

Julio Reyes dedicó agradecimientos “a la universidad, y en particular a la Escuela de Derecho, que me haya dado la oportunidad de ejercer la docencia durante largos 38 años, enseñando y transmitiendo conocimientos sobre las instituciones del Derecho Comercial, a tantas generaciones de estudiantes que han pasado por la escuela en ese lapso. Al partir me quedo con la sensación de que a pesar de los errores cometidos como profesor, que sin dudas los hubo, pareciera que también hubo aciertos, a juzgar por el respeto y afecto que uno recibe de ustedes y de tantos ex alumnos, hoy destacados profesionales en lo suyo. Para terminar me trae a recuerdo la idea que un anónimo profesor expresó cuando concluía su vida académica, y que hoy me hace mucho sentido: Ser maestro será llegar un día al final del camino, y agradecer la alegría que deparó el destino de haber guiado a tantos alumnos en el aprendizaje de nuestra noble profesión, y abandonarse luego a la calma y a la satisfacción de la tarea cumplida”.

Por su parte, Fernando Hood agradeció “a la Dirección de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso por los años en que ejerció la docencia y por el emocionante encuentro, especialmente a su director, Claudio Oliva, quien es exalumno mío. Siento un gran orgullo de haber formado parte del grupo de profesores de esta prestigiosa escuela, que ha formado a relevantes actores de la sociedad en los distintos ámbitos de la judicatura y la abogacía, lo cual nos permite reafirmar que estamos presentes en un muy buen grupo de actividades del país, y esto nos hace ser una escuela importante. Además, es gratificante pertenecer a una escuela donde siempre ha reinado un espíritu tolerante y amplio respecto a las distintas ideas y posiciones de sus estudiantes y cuerpo docente”.

Finalmente, Aldo Topasio aseguró que se trata “de un encuentro muy especial, porque nos reencontramos con profesores de una época inolvidable para nosotros. Es un lindo momento, pero a la vez difícil, ya que fueron muchas décadas que no olvidaré jamás, particularmente por la comprensión que siempre tuvimos entre alumnos y la relación con las autoridades, estructurando así un ámbito de valores. No faltan los deseos de volver, pero uno tiene consciencia de que hay un momento en que es necesario dejar lo que uno tanto ha querido, no solo por razones de salud, sino que de edad. Hay que saber retirarse, pero me voy con una sensación de felicidad porque todo lo que hice fue con gusto. Es un momento lleno de emoción donde se renuevan las amistades, las que mantendré en lo que tenga yo de vida, por siempre”.

El director de la Escuela de Derecho, Claudio Oliva, indicó que “los profesores Topasio, Hood y Reyes han optado por poner fin a su actividad académica regular en nuestra universidad, pero ciertamente seguirán siendo parte de nuestra escuela, que continuará siendo su casa. Tuve el privilegio de ser alumno de los tres y me consta que los muchos abogados y abogadas que formaron conservan un muy buen recuerdo de ellos. Por lo pronto, se trata de profesores que sabían muy bien aquello que enseñaban, por lo que nos transmitieron un duradero y robusto conjunto de conocimientos y competencias profesionales. Pero, además, se trata también de muy buenas personas, que nos dieron también lecciones de humanidad. En el caso de Aldo Topasio eso se refleja en la humildad y generosidad con la que siempre compartió el conocimiento que fue acumulando en su incansable labor de investigación. En el de Fernando Hood ello se concretó en su notable cercanía con los estudiantes, como alguien dijo, “sin perder nunca la estatura del maestro”. En el caso de Julio Reyes, por último, además de su simpatía y buen humor, nos ofreció el modelo de un abogado a la vez exitoso y honesto, que sabe combinar el rigor profesional con el disfrute de la vida”.

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