Exprofesor fue decano por cerca de 15 años, además de director de la Escuela de Derecho.
Con una íntima ceremonia de homenaje en donde se repasaron sus principales hitos y aportes, y el posterior descubrimiento de la placa que denomina desde hoy la Sala de Lectura de la unidad académica con su nombre, la Universidad de Valparaíso otorgó la calidad académica honorífica de profesor emérito a Alberto Balbontín, exdecano de la Facultad de Derecho de la UV y quien la encabezara por cerca de 15 años consecutivos y fuera previamente director de Escuela.
La jornada fue presidida por el rector de la Universidad de Valparaíso, Osvaldo Corrales, y en ella intervinieron la secretaria general de la UV, Nicole Selamé; el decano de la Facultad de Derecho, Ricardo Saavedra; la directora de la Escuela de Derecho, Inés Robles; y el profesor del departamento de Derecho Procesal, Claudio Meneses.
Asistieron a la ceremonia el presidente de la Junta Directiva de la UV, Gerardo Donoso; el contralor interno de la UV, Cristián Moyano; la fiscal general, Daniela Montecinos; el vicerrector académico, Carlos Becerra; el vicerrector de Gestión Institucional, Christian Corvalán; la vicerrectora de Vinculación con el Medio, Paulina Gundelach; la vicedecana de la Facultad de Derecho, Patricia Reyes; la presidenta del Tribunal Constitucional de Chile, Daniela Marzi; el ministro del Tribunal Constitucional de Chile, Raúl Mera; el presidente de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Vicente Hormazábal; integrantes del cuerpo académico de Derecho UV, profesores eméritos, funcionarios y funcionarias, la familia de Alberto Balbontín e invitados especiales.
El diploma con el que se concedió la calidad académica honorífica de profesor emérito fue entregado por el rector Osvaldo Corrales y el decano Ricardo Saavedra a Constanza Balbontín, hija de Alberto Balbontín, en atención a que el exprofesor no puso asistir a la jornada.
Alberto Balbontín: Gestión y entrega hacia la Escuela y Facultad de Derecho
En sus palabras de inicio, el rector Osvaldo Corrales indicó que “nos reunimos aquí para entregar una calidad honorífica, que es la máxima que le entregamos a los profesores que han pertenecido a nuestra institución, y lo hacemos con el convencimiento de que el profesor Balbontín, el querido Alberto, merece sobradamente este reconocimiento, por sus cualidades personales, pero también por el aporte tan significativo que hizo al desarrollo de esta Facultad y Escuela”.
“Durante su gestión como director y decano, él siempre destacó por estar comprometido con los valores que inspiran todo el quehacer universitario y, particularmente, a nuestra universidad. Nos consta especialmente su preocupación por la excelencia en todas las actividades que se realizaron en la Facultad, pero también por algo que debiendo ser común a la actividad universitaria, sin embargo, es menos frecuente de lo que uno pensaría: su preocupación por la educación pública y por la universidad vista como un conjunto”, añadió.
“Alberto no solo tuvo una mirada siempre propositiva y crítica de lo que se hacía al interior de la Facultad, sino sobre todo siempre tuvo una mirada propositiva y crítica de lo que hacíamos dentro de la universidad y del tipo de universidad que debíamos ser, y la educación pública que la región y el país necesitan y merecen. Desde ese punto de vista, su aporte no solo se limitó a las cuestiones que tenían que ver primero con la Escuela y luego con la Facultad, sino que también tuvo siempre entre sus preocupaciones que la universidad mantuviera en todo momento los estándares de excelencia y de calidad que la educación pública siempre debe procurar y mantener”, destacó.
Posteriormente, la directora de la Escuela de Derecho, Inés Robles, señaló en su intervención que “nos habría gustado que este momento fuera distinto, con el salón lleno de colegas, estudiantes y amigos. Pero la vida, como tantas veces, no ocurre tal como la planeamos, y a veces irrumpe con fuerza rompiendo nuestras expectativas. Ya vendrá el tiempo de la despedida y el homenaje que el profesor Balbontín merece con toda justicia. Este acto, íntimo y sobrio, es también parte de ese camino. Hoy está presente su familia, y él mismo nos acompaña a la distancia a través de la transmisión, con la misma serenidad y sencillez que lo han caracterizado”.
“El profesor Balbontín ha dedicado una vida de trabajo desinteresado por y para la Escuela, en tiempos en que no siempre abunda el compromiso auténtico, y en que a veces las personas se sirven de los cargos en lugar de servir desde ellos. En contraste, su rectitud, su sinceridad y su consecuencia han sido ejemplo constante. Durante décadas, formó generaciones de estudiantes en Derecho Procesal, transmitiendo no solo conocimiento técnico, sino también una manera de comprender la justicia y el rol del abogado. Para mí no ha sido solo colega, sino también amigo, alguien con quien compartí conversaciones profundas y afectuosas, y cuya huella en nuestra comunidad académica será imborrable”, resaltó.
Por su parte, el profesor Claudio Meneses, del departamento de Derecho Procesal -al cual perteneció Alberto Balbontín-, tomó la palabra para dar a conocer los méritos del exdecano, indicando que “ser profesor emérito es un reconocimiento superior y único, y don Alberto Balbontín reúne sobradamente todos los antecedentes para recibir tal reconocimiento: medio siglo vinculado a su Facultad y su Escuela, a la cual ingresó a estudiar la carrera en el año 1971; más de 40 años dedicado al trabajo académico, siendo designado profesor de la asignatura de Derecho procesal en el año 1979 y realizando clases ininterrumpidamente hasta diciembre de 2022; además de dos décadas a cargo de tareas de liderazgo de su Facultad y Escuela: entre 2004 y 2008 como director, y entre 2008 y 2023 como decano”.
“Sus actividades en esta universidad no cesaron por decisión personal, sino por designios de Dios. Su salud recibió un fuerte golpe en febrero de 2023, lo que exigió que tomara la decisión de presentar su renuncia al cargo de decano y a la calidad de profesor, la que fue aceptada en el mes de mayo de ese año”, añadió.
“No es sencillo indicar los aportes de la actividad de don Alberto durante todo el tiempo vinculado a nosotros, pero pueden sintetizarse en los roles que cumplió: como profesor, fue un permanente estudioso de esa fascinante disciplina que es el Derecho Procesal, cuyo eje central es el respeto del ser humano que se ve expuesto a situaciones de conflicto y tensión. Como presidente del departamento de Derecho Procesal, fue el sucesor del querido profesor Raúl Tavolari, manteniendo el espíritu colaborativo que caracterizaba al trabajo en el seno de este grupo de académicos”, explicó.
En esta misma línea, detalló que “como director de Escuela, con perspicaz mirada de futuro comenzó a preparar el camino para lo que serían luego los procesos de acreditación de la carrera, y dio inicio a la revisión de la planta de profesores con jornada completa con el afán de renovarla. Como decano de la Facultad, sus 15 años de dedicación fueron muy activos y fructíferos en muchos aspectos, como la celebración del centenario de la Escuela, exitosos procesos de acreditación, innovación curricular, creación del área de postgrados, avances en infraestructura, instalación del Consultorio Jurídico de la Escuela en sus actuales dependencias, y obras de mejoramiento del edificio, entre otros”.
“No puedo terminar esta breve exposición sin dirigir algunas palabras a nuestro homenajeado. Querido y entrañable amigo, maestro, profesor, director y decano Alberto Balbontín, Dios y la vida han permitido que después de todo yo volviera a la Escuela, y que lo hiciera precisamente para estar aquí, en este momento, junto a usted”, cerró.
Enseguida, la secretaria general de la UV, Nicole Selamé, dio lectura al decreto exento N°569 de la Universidad de Valparaíso que concede la calidad académica honorífica de profesor emérito de la Universidad de Valparaíso, para luego pasar a la entrega del diploma a Constanza Balbontín -hija de Alberto Balbontín- por parte del rector Osvaldo Corrales y el decano Ricardo Saavedra.
Sala de Estudio Alberto Balbontín Retamales
Finalmente, el decano Ricardo Saavedra tomó la palabra para realizar el cierre de la ceremonia, instancia en que anunció que a partir de la fecha la Sala de Estudio de la biblioteca de la Escuela de Derecho pasaría a llamarse “Alberto Balbontín Retamales”, en homenaje al exdecano.
En su intervención, la autoridad explicó que “combinar lo institucional y lo personal ha sido para mi un desafío casi insuperable, tanto como pretender separar los méritos del profesor Balbontín en el ámbito académico e institucional de las cualidades de Alberto Balbontín como ser humano. Se trata, por tanto, de una convergencia armónica entre ambas dimensiones: lo humano y lo académico, lo que explica su larga y fructífera carrera liderando el proyecto institucional de la Escuela de Derecho y posteriormente de la Facultad”.
“Aquilatar la trascendencia del servicio que el profesor Balbontín ha prestado a esta institución quizás es lo más sencillo de todo. Basta comparar cómo era la Escuela de Derecho en el año 2004, cuando asume como director, con la situación en que se encuentra el año 2023, cuando cesa en sus funciones como decano. Sin duda alguna es un antes y un después en cuanto al desarrollo que logró para esta institución. Alberto tuvo la visión, la energía, la sabiduría y la perseverancia para impulsar los procesos de transformación que esta unidad académica requería a fin de no quedar rezagada con el cambio de siglo, y que nos permitió seguir ocupando el lugar de liderazgo que siempre nos ha colocado dentro de los centros de formación jurídica de mayor relevancia en nuestro país. Pero siempre lo hizo con la prudencia y el equilibrio necesario, a fin de preservar los valores y principios que forman parte de nuestro acervo curricular implícito, y que identificamos con ciertos principios que tienen que ver con el aprecio al pluralismo, la diversidad y la libertad de pensamiento”, añadió.
“Las instituciones solo valen porque prestan un servicio a las personas, en este caso a nuestros queridos y queridas estudiantes, que cada año nos confían -al igual que sus familias- su formación a partir de una enseñanza rigurosa que los va a preparar para el futuro profesional. Y como queremos que las futuras generaciones sigan conociendo acerca de la importancia que ha tenido para esta institución el trabajo y vida de servicio de nuestro ahora profesor emérito, el consejo de Facultad ha tenido a bien, en representación de toda la comunidad, aprobar la iniciativa de que a partir de hoy la Sala de Lectura de la biblioteca del tercer piso lleve el nombre de Alberto Balbontín Retamales, uno de los espacios más cómodos, más modernos y más funcionales de este edificio, fruto también de los desvelos del decano Balbontín por mejorar las condiciones materiales que siempre son necesarias para dignificar el aprendizaje de nuestros estudiantes”, cerró.
Posterior a la ceremonia, los asistentes se dirigieron a la Sala de Lectura para descubrir la placa que la denomina con el nombre de “Alberto Balbontín Retamales”, en una emotiva instancia donde participaron Pamela, Constanza y Felipe, hijas e hijo de Alberto Balbontín, quienes dedicaron palabras de agradecimiento a la institución por el homenaje a su padre, e hicieron referencia a su historia familiar ligada a la Universidad de Valparaíso.
En la instancia, Felipe Balbontín señaló que “les agradecemos este reconocimiento a nombre de mi papá. Todo lo que se dijo en la ceremonia fue en el contexto de su universidad y en su realidad laboral. Pero nosotros no lo conocíamos por como trabajaba, y sobre todo yo que soy la oveja negra de la familia porque fui el único que no perteneció a la Universidad de Valparaíso, y por lo tanto no conozco esta realidad y no conocí lo que hacían mis padres durante el día a día. Además, como ustedes sabrán, él es muy reservado, al punto de que entiendo que mi mamá no sabía ni siquiera cuándo él ganaba”.
“Pero, asimismo, por ejemplo, cuando me fui a vivir solo necesitaba un aval para poder arrendar un departamento, y mi papá accedió a ser mi aval, pero no a entregarme su información financiera. Entonces para poder respaldar ante los dueños de los departamentos la seriedad de mi papá, busqué información de él, y encontraba unas reseñas que eran tan extensas y que demostraban tanto su calidad profesional y como persona, que yo al final usaba esa reseña de lo buen profesional, trabajador y profesor que había sido, para respaldarlo como aval ante cualquiera de las personas. Habiendo sido profesor, director, decano y abogado integrante de la Corte de Apelaciones, nadie ponía en duda entonces que él iba a ser incluso un aval más serio que yo”, comentó.
“Yo así me enteré de muchos de sus logros porque él no lo contaba en la casa, y en su momento lo conversé con él y le manifesté mi orgullo de tenerlo como padre y de tan buen profesional que era. Incluso me enteré de que en algún momento usaban sus clases y textos para estudiar en otras universidades en otras regiones. Mi papá trascendió y por eso, a nombre de él y para ti, papá, esta placa”, cerró.
Registros audiovisuales:
Ceremonia: https://cutt.ly/2r21GVfp
Descubrimiento de placa: https://cutt.ly/2r219KPA





















