Por: Inés Robles Carrasco
Directora Escuela de Derecho Universidad de Valparaíso
En representación de las profesoras y profesores de la Escuela de Derecho.
Hace un mes, en representación de la Facultad y Escuela de Derecho, con tristeza acudimos junto al decano de la Facultad de Derecho, Ricardo Saavedra, al sepelio de uno de los nuestros, del exalumno y exprofesor de Derecho Procesal don Fernando Hood Gibbs (1941-2025).
La Escuela de Derecho, hoy de la Universidad de Valparaíso, antes sede Valparaíso de la Universidad de Chile, tiene una consolidada tradición procesalista. Al primer profesor del área, que fue don Aurelio Cruzat, le siguieron Aníbal Cruzat, Carlos Anabalón, Jaime Galté, Mario Casarino, Raúl Tavolari y Alberto Balbontín. A ellos se suman quienes realizan clases actualmente formados en nuestras aulas y fuera de ellas, que cultivan esta esencial disciplina. Una muestra más de esa tradición la constituye la visita que ilustres procesalistas hicieron a nuestra Escuela, Eduardo Couture y Francesco Carnelutii.
El primero de ellos nos visitó en junio del año 1953, dejando una huella que significó para la comunidad de esa época una oportunidad única para encontrarse cerca de uno de los grandes maestros del procesalismo de aquellos tiempos, cuyo prestigio no solo cubría nuestro continente, sino que, con razón y justicia, alcanzaba también al continente europeo.
Entre muchas obras importantes se destaca un pequeño libro llamado “Los mandamientos del abogado”, cuya primera edición se publicó el año 1949. Un ejemplar de los 10 mandamientos entregamos cada año a nuestros egresados y egresadas en la ceremonia de egreso de su promoción, como un testimonio del abogado y abogada que nos esmeramos por formar.
Diez años más tarde de la publicación a que la que hacemos referencia, ingresó a nuestras aulas Fernando Hood Gibbs, en abril del año 1959, proveniente del norte de Chile. Aquí conoció el Derecho y también el amor. Con Clara Grosser se formaron profesionalmente y además formaron su familia, compuesta por dos hijos. En el año 1972 inició su carrera académica como ayudante de Derecho Procesal y Práctica Forense, convirtiéndose en el año 1974 en profesor de Derecho Procesal, cátedra que ejerció hasta su retiro el año 2017.
Estamos seguros de que el decálogo de Couture lo conocía de memoria, que fue su guía y que vivió conforme a éste su vida personal y profesional. Los y las invitamos a recordarlo:
1.”Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día menos abogado”
El profesor Hood fue un eterno estudiante. Jamás se conformó con lo aprendido. Su curiosidad lo llevó a explorar cada rincón del Derecho Procesal, desde las bases clásicas hasta las reformas más recientes. Como Couture, él sabía que dejar de estudiar es dejar de ser abogado, y él nunca dejó de serlo, ni como docente ni en sus labores en la judicatura de Policía Local.
2. “Piensa. El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando”
Si algo distinguía al profesor era su capacidad de análisis. No se limitaba a transmitir conocimientos; nos enseñaba a cuestionar, a razonar, a encontrar soluciones donde otros veían solo problemas. Él proponía soluciones prácticas que surgían del estudio y de su experiencia.
3. “Trabaja. La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de las causas justas“
Don Fernando dedicaba horas a preparar sus clases, siempre dispuesto a escuchar a un estudiante o a un colega en busca de orientación. Se equivocan quienes estimen que las materias que son de competencia de los Juzgados de Policía Local no son jurídicamente relevantes, ya que el resguardo de los derechos del consumidor, el cumplimiento de la normativa del tránsito y los problemas de comunidades de vecinos son fundamentales para las personas en su rutina diaria y en muchos casos es la única aproximación que tienen con la justicia.
4. “Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero cuando esté en conflicto con la justicia, lucha por la justicia”
El profesor Hood fue un luchador incansable. En las aulas defendía la importancia de un proceso justo, que es la esencia de la justicia, recordándonos que la batalla última es por lo que es correcto y humano. Tal vez esta característica de luchador, lo llevó a practicar deportes y ser un destacado y entusiasta corredor.
5.” Sé Leal: Leal para con tu cliente, al que no debes de abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú dices; y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas”
El profesor era leal a sus estudiantes, a quienes guiaba con paciencia y honestidad; leal a sus colegas, con quienes compartía ideas sin egoísmo; y leal a la verdad, y nos recordaba que el Derecho no es un juego de vencedores y vencidos, sino un compromiso con la rectitud y el cumplimiento de buena fe de las normas procesales. Esta característica también es un valor deportivo, que se debe ser leal con las reglas del deporte que se practica, con los compañeros, con los rivales y con la integridad de la competencia, y por eso también encarnaba la idea de un buen deportista.
6. “Tolera. Tolera la verdad ajena en la medida en que quieres que sea tolerada la tuya”
En un mundo de debates apasionados, él era un ejemplo de tolerancia. Escuchaba con atención, respetaba las discrepancias y enseñaba que la diversidad de opiniones doctrinales enriquece la formación jurídica, pero que al final la redacción del Código predominaba. Su ser alegre y risueño recorría los pasillos de la Escuela siempre con alguna anécdota que venía aparejada de carcajadas, contribuyendo a un ambiente más ameno y cordial. Su notable cercanía con los estudiantes, como alguien dijo en su despedida, “era cercano, sin perder nunca la estatura del maestro”.
7. “Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración“
Con don Fernando cada clase, cada consejo y cada reflexión estaba impregnaba calma, calma que solo da la experiencia. Sabía que el aprendizaje del Derecho y su aplicación requieren tiempo, precisión y madurez, pues el tiempo siempre pone las cosas en su lugar, y te permite alcanzar la meta.
8. “Ten fe. Ten fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del Derecho; en la paz, como sustituto bondadoso de la justicia; y sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay Derecho ni justicia ni paz”
El profesor creía en el poder transformador del Derecho, y esa fe no era ciega, sino crítica, y la inculcó a todos los que tuvimos o tuvieron el privilegio de aprender con él o compartir como colega o docente. En el ejercicio de la justicia en el Juzgado de Policía Local, se enfrentó muchas veces con decisiones que involucraban una clara ponderación hacia la paz.
9. “Olvida. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la justicia sea imposible para ti. Concluido el combate olvida tan pronto tu derrota como tu victoria”
Don Fernando Hood enseñaba esta apreciación a sus estudiantes y bajo esa premisa compartía con sus colegas, a quienes tal vez en más de alguna oportunidad no les gustó su calificación o sus resoluciones, como tampoco él se sintió ofendido por algún recurso o reconsideración, que probablemente terminaron convirtiéndose en alguna historia con que amenizaba una clase o el café de las diez, en la Sala de Profesores y Profesoras.
10. “Ama tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor proponerle que se haga abogado”
El profesor Fernando Hodd cumplió cada uno de los mandamientos del procesalista uruguayo, incluso éste último, que puede ser más complejo de ejecutar cuando se enfrenta a un hijo o hija adolescente que debe tomar decisiones sobre su futuro. Amó su profesión y a nuestra querida Escuela de Derecho de tal forma que su hijo que lleva su mismo nombre. Fernando Hodd Grosser estudió también en los fríos pasillos del Palacio del Derecho, ubicado en Errázuriz 2120, y ejerce la abogacía desde el Ministerio Público, en su rol Fiscal.
Despedida a profesor Fernando Hood, por parte de académicos y estudiantes (año 2017)
Fernando Hood en cena de despedida de profesores (año 2019)
