Captura Libro 3

Profesora Marcela Fernández participa en presentación de libro en jornada preparatoria de III Congreso Americano de Mediación

Académica comentó la obra “Cómo abordar los conflictos estructurales”, del especialista español Josep Redorta.

En el marco del pre congreso del III Congreso Americano de Mediación, se llevó a cabo la presentación del libro “Cómo abordar los conflictos estructurales”, de Josep Redorta, especialista español en análisis del conflicto y autor de 13 libros. En la oportunidad, participó la profesora de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, Marcela Fernández.

El evento fue organizado por la Fundación Mediar -de Argentina-, y fue patrocinado por el Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (MICI) -perteneciente al Banco Interamericano de Desarrollo-, el Programa Regional de Partidos Políticos y Democracia en América Latina, la Fundación Konrad Adenauer Stiftung; el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); ONU Mujeres; y la UAH.

En la actividad de presentación de la obra también participaron otros profesionales de Bolivia, Chile y Colombia.

En su intervención, la académica de Derecho de la UV destacó que el autor “realiza una revisión muy interesante y documentada de los fenómenos de nuestra época que, a nivel individual, colectivo y social, dan cuenta de un diagnóstico de la crisis que a nivel global estamos viviendo. Hace referencia a la desintegración social y pérdida del sentido de comunidad; la deslegitimación de las instituciones, que son incapaces de cumplir su rol regulador social, generando desconfianza en la ciudadanía; la irrupción de las redes sociales, que generan exceso de información y su manipulación que debilitan la veracidad de todas las fuentes, generando confusión y desorientación; los medios masivos de comunicación y entretención, que transmiten y exaltan como únicos valores el dinero y la riqueza; y la concentración del poder en las corporaciones a nivel mundial”.

“Se observa que se establecen relaciones sociales con enorme asimetría de poder que configuran una percepción de injusticia social en diferentes niveles, lo cual explica la aparición de conflictos estructurales que se manifiestan en diversos conflictos sociales, en los cuales la ciudadanía es protagonista”, añadió.

Además, la comentó que comparte con el autor la idea de que “los conflictos estructurales no se pueden identificar con los llamados ‘conflictos intratables’. Son dimensiones distintas, en el sentido que los conflictos crónicos nos remiten a la dinámica de ciertos conflictos que se caracterizan básicamente por su recurrencia en largos períodos de tiempo en ciclos sucesivos de escalada y latencia y su alta polarización, y la conceptualización de los conflictos estructurales nos remite a la etiología o morfología de cierto tipo de conflictos”.

La académica reconoció la dedicación del autor, durante dos décadas, al trabajo sobre la morfología de los conflictos, agregando que, desde su experiencia, “lo que está a la base de los conflictos estructurales es una propuesta o exigencia explícita o implícita del cambio en la relación misma que vincula a los sujetos en un sistema, siendo resistido este cambio en la relación, ya sea el cambio en la jerarquia en la relación, en el rol o las funciones que tienen los sujetos en la relación o las reglas. Los conflictos estructurales requieren abordar las reglas de la relación, una redefinición del poder en la relación. Las movilizaciones, revueltas y protestas aparecen como un síntoma actual debido a que la democracia no está funcionando como mecanismo para procesar los cambios sociales que la ciudadanía reclama”.      

“Sobre el abordaje por terceros de los conflictos estructurales, no es adecuado ocupar el abordaje de resolución de problemas, ya que cuando el problema es la estructura de la relación, tenemos que trabajar con la idea de un proceso de cambio o transformación. En estos casos, los terceros que intervienen acompañan el proceso de cambio, y muchas veces esto choca con la idea tradicional de los mediadores respecto a la neutralidad. En cuanto al punto de madurez del conflicto en los conflictos estructurales, y a diferencia de otros conflictos, se requiere que la parte que tiene un mayor poder alcance la conciencia de que es necesario redistribuir el poder que tiene en la relación para construir la paz”, explicó.

“Coincidiendo con el autor respecto a que vivimos una época en que se está manifestando un conflicto estructural a nivel global, considero que la estructura que está en tensión de cambio es el modelo de desarrollo de la especie humana en el planeta, lo cual se expresa en diversos conflictos sociales, referidos a: protección de los recursos naturales para las generaciones futuras (modelo extractivista); protección del medio ambiente (modelo industrial con energías contaminantes); desigualdad en el acceso al agua; desigualdad en el desarrollo de las sociedades basadas en la tecnología, que agrega valor o en los recursos naturales; desigualdad en la distribución de la riqueza; y acceso igualitario a los avances científicos en la salud. Se requiere de forma urgente, por tanto, un nuevo pacto mundial y con la naturaleza”, cerró.

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