Con una asistencia que superó las 600 personas, contó la charla “Democracia y movimientos sociales”, dictada por el Premio Nacional de Historia 2006, Gabriel Salazar, en el Aula Magna Victorio Pescio de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso.
La actividad fue organizada por el grupo Izquierda Democrática (ID) de la Escuela de Derecho UV y asistieron profesores y estudiantes de diversas carreras de la UV y también de otras instituciones de la zona, como también profesionales de variadas áreas disciplinarias y representantes del mundo sindical. Actuó como moderadora Javiera Seguel, de la Red Interdisciplinaria de Estudios de Género de la Universidad de Valparaíso.
En la apertura del acto, intervino el representante de ID, Agustín Díaz, quien manifestó que “vivimos bajo un clima cultural y político posdemocrático, la reproducción del modelo neoliberal que nos fue legado por la dictadura ha conducido a la colonización de nuestras instituciones por las elites privilegiadas. El Estado está dominado por intereses corporativos y las decisiones políticas más cruciales son tomadas por fuera de los canales democráticos legítimos”.
Asimismo, señaló que “parte significativa de quienes fijan su domicilio político en la izquierda, han renunciado a la construcción de un proyecto contrahegemónico; han hecho de la lógica del consenso a como dé lugar un práctica habitual y han aceptado el modelo neoliberal sin mayores reparos, negando con ello el antagonismo constitutivo de lo político y desdibujando las fronteras entre la izquierda y la derecha”.
En este contexto, dijo Agustín Díaz, “la pérdida de legitimidad de las instituciones democráticas y la falta de alternativas políticas claramente diferenciada entre sí, son las causas del creciente fenómeno de abstención ciudadana. Los escándalos de corrupción, cohecho y tráfico de influencias ocurridos durante el último tiempo, dejan en evidencia la crisis de las instituciones de la democracia representativa”.
Agregó que “esta crisis puede transformarse en una gran oportunidad para que los movimientos sociales construyan un proyecto contrahegemónico que tenga por objetivo movilizar las instituciones de la república en una dirección democrática y posibilitar con ello, la conquista de derechos sociales”.
GABRIEL SALAZAR
Por su parte, el historiador Gabriel Salazar dictó una conferencia, que se prolongó por casi dos horas, en la cual enfatizó que actualmente “en Chile hay inquietud por liderar en colectivo y con espíritu asambleísta, abierto a la participación de todos”.
Explicó que en Chile se está roturando un camino nuevo, con exigencias y demandas distintas a las de los años 60 y 70, época en la que había muchas certezas ideológicas, con influencia de autores externos y mucha disciplina en torno a sus pensamientos y postulados.
“La consigna de hoy es distinta, dijo Salazar. No se obedecen citas ideológicas de nadie, sino que es “la asamblea manda”; estamos construyendo la cultura social necesaria como para actuar de manera eficiente sobre los problemas que hay que resolver colectivamente. Estamos con otras percepciones y no sólo siguiendo órdenes de partidos, aunque aún quedan muchos repitiendo el mismo discurso de ayer”.
También hizo una distinción entre lo que se denominaba “masa social” en los años 70 y 80s y lo que actualmente se considera “movimiento social”. El primer concepto, explicó, apunta a un grupo de personas que “no piensan; piden o protestan, pero no deliberan. Reciben instrucciones y son conducidas. No ejercen soberanía”, mientras que el segundo concepto, lo integran individuos “q ue no solamente marchan, sino que investigan de sus problemas y deliberan; actúan por sí mismos y resuelven sus problemas; es la llamada soberanía popular, que actúa directamente a través de tomas de terrenos, tomas de escuelas y universidades; es el poder popular, que comenzó a desarrollar un nuevo tipo de ciudadanía, donde las mujeres de población ha adquirido un gran liderazgo y protagonismo, pues muchas de ellas han logrado legalizar lo ilegal”.
Ahondó en este tema describiendo el funcionamiento y características de las asambleas territoriales, señalando que en Chile hay 1200 en varias localidades, ciudades y pueblos y que su fundamento es la autogestión o autoservicio del pueblo.
